El Riesgo, según el PMI (Project Management Institute), es definido como "suceso incierto que, en caso de ocurrir, incidirá mínimamente en uno de los objetivos del proyecto". Cabe aclarar que el impacto de éstos puede ser positivo o negativo.
La Planificación del Riesgo consta de una serie de pasos a seguir, relacionados entre sí, en busca del óptimo tratamiento para los posibles acontecimientos inciertos.
El primer paso consiste en Planificar la Gestión del Riesgo, en éste se determinarán los recursos a utilizar y los métodos que se aplicarán para la Gestión del Riesgo del proyecto.
Identificar los Riesgos es el segundo paso a seguir. Para realizarlo existen distintas herramientas, sin embargo, las más utilizadas son el brainstorming y el análisis FODA. La identificación no solamente implica conocerlos, sino también categorizarlos de manera que pueda sistematizarse cómo abordarlos.
Hay que destacar que la identificación de los riesgos se llevará a cabo a lo largo de la duración del proyecto.
A continuación se debe realizar el Análisis Cualitativo, en el que se priorizan los riesgos detectados mediante la probabilidad de que se concreten y el impacto que pueden llegar a tener sobre los objetivos del proyecto.
Luego del Análisis Cualitativo, debe llevarse a cabo el Análisis Cuantitativo, que consiste en asignarle valores monetarios al impacto de cada probable riesgo identificado. Las herramientas que suelen utilizarse para este análisis son el Cálculo del Valor Monetario Esperado, el Método PERT, la Simulación de Montecarlo y el Análisis de Sensibilidad. El fin del Análisis Cuantitativo es determinar qué riesgos merecen respuesta, qué tan expuesto está el proyecto, cuál es la probabilidad de los riesgos y qué reservas (monetarias y temporales) deberían constituirse.
Por último, se desarrollarán las Estrategias a plantear para los distintos riesgos, lo que se denomina Respuesta a los Riesgos. Este paso implica determinar qué acción se llevará a cabo para reducir las amenazas de los riesgos sobre los objetivos del proyecto.
Las respuestas a los riesgos se agrupan en cuatro estrategias, a saber: evitar, transferir, mitigar o aceptar.
Evitar el riesgo implica eliminarlo, esto puede concluir con la modificación de los objetivos del proyecto o peor, con su cancelación.
Transferir significará trasladarle el riesgo a un tercero.
Mitigar es la forma de disminuir la probabilidad de ocurrencia o del impacto.
Por último, la Aceptación que puede ser pasiva o activa. En el primero de los casos, se atiende el riesgo una vez que surge. En el segundo, puede generarse una reserva previamente.
Sin importar cuál sea la respuesta a implementar, es necesario recalcar que el costo de llevarla a cabo debe ser menor que el impacto estimado del riesgo.
Fuentes:
Pepe, Verónica. Diseño, Evaluación y Gestión de Proyectos. Unidad 8: "Planificación, Monitoreo y Control"
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