Al momento de emprender todos nos preguntaríamos ¿Por dónde empezar?, en el siguiente artículo profundizaremos en la primera etapa de la Metodología de Marco Lógico (MML). Dicha metodología nos provee de un marco de planeamiento estratégico, alineando correctamente los recursos a involucrar para evitar futuras pérdidas o malas inversiones.
El Análisis de los Involucrados nos ofrece una guía para que nuestras acciones iniciales sean acertadas y puedan acercarnos a nuestros objetivos contemplando las interrelaciones e intereses de cada uno de los afectados. Esto resulta clave para reconocer el impacto de nuestras acciones y los efectos indirectos que puede provocar.
Para facilitar la comprensión de este análisis a continuación plantearemos sus etapas a modo de preguntas, las cuales deben ser aplicadas directamente sobre su idea.
Primer paso: ¿Quiénes?
En una primera instancia nos enfocaremos en definirlos: ¿Quiénes son los que se beneficiarían con nuestra idea? ¿Quiénes deben implementarla y trabajar para que se vuelva realidad? ¿Quiénes toman las decisiones que determinaran el futuro de nuestro emprendimiento? ¿Quiénes pueden darnos apoyo económico y financiamiento?
Segundo paso: ¿Cuáles son sus características?
Luego nos enfocaremos en determinar de cada uno de los involucrados sus características más específicas: ¿Que les interesa y moviliza en relación al proyecto?, ¿Cómo se encuentran afectados en relación al problema? ¿Cuáles recursos pueden aportar para cumplir los objetivos? En este análisis es clave ponerse en los zapatos del involucrado, reconociendo sus motivaciones y en qué medida serán afectados y afectarán nuestro negocio. No debe ser estático, dicho cuadro se debe mantener en constante revisión y actualización.
Tercer paso: ¿Qué Estrategia utilizar para cada Involucrado?
En este último paso nos preguntaremos de qué forma nos relacionaremos con el involucrado y cuál es su grado de importancia e influencia en nuestro proyecto. Aquí la calidad de la información de los pasos anteriores condicionara significativamente el resultado final que obtengamos, y por supuesto el futuro de nuestra idea.
Las estrategias que elijamos no deben constituir actividades del proyecto, pero de todas maneras nos servirán para determinar el fin, propósitos, componentes y actividades.
Para finalizar este artículo considero importante que reconozcan otras metodologías que podrían servirnos de apoyo en la elaboración de esta primera etapa de la MML.
Brain Storming: Los pasos comentados anteriormente se verían enriquecidos si son abordados desde una dinámica grupal y con la participación de diversas miradas. Un equipo multidisciplinario generaría resultados superlativos.
Método de Factores Ponderados: Puede resultar útil para determinar la importancia de cada involucrado en relación a determinadas características o temas que creamos decisivos para el correcto desarrollo de nuestro proyecto.
Matriz de Riesgos: Se podrían calificar los involucrados según la necesidad que el proyecto tenga de ellos para su evolución. Permitiéndonos llevar un seguimiento enfocado de acuerdo a la valoración que reciba.
Bibliografía:
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