Cuenta la Leyenda...

Hace muchos muchos años, en un monasterio que se encontraba ubicado en las frías montañas del Himalaya, uno de los monjes líderes más prestigioso murió. Este hombre, tenía un rol sumamente importante y contaba con capacidades y habilidades muy valoradas por la comunidad entera. Pero bien, ¿Quién quedaría ahora en su puesto ante su repentino fallecimiento? El gran maestro entonces decidió convocar a todos sus seguidores y discípulos para comunicarles sobre el nuevo puesto a cubrir y la necesidad de encontrar a la persona que tuviese las competencias pertinentes para dicho puesto. Todos los discípulos se sentaron enfrente del gran maestro ansiosos por obtener ese lugar tan codiciado. El sucesor debería ser capaz de ser el guardián de todo el monasterio y eso no era una tarea para nada sencilla.

El gran maestro, con mucha serenidad y en silencio, situó en medio del salón un bellísimo y exclusivo jarrón de porcelana con una bonita flor en el medio y exclamó: “aquí se encuentra el problema y asumirá el tan distinguido puesto, quien pueda resolverlo”.

Todos estaban anonadados, nadie comprendía porque el gran maestro había colocado en el medio de la sala ese hermoso jarrón. Los discípulos comenzaron a mirarse entre ellos y a preguntarse:

• ¿Qué representa este delicado jarrón?

• ¿Necesitará agua para la flor?

• ¿Cuál es el problema?

• ¿Representará a la naturaleza misma?

Las preguntas no cesaban...

Pero entonces, uno de los monjes se levanta, camina hacia el jarrón, saca su espada y con tan solo un golpe rompe el jarrón. Lógicamente, el resto de los monjes estaban despavoridos.

Acto seguido, el gran maestro se para y dice: “Hemos encontrado a alguien que además de resolver el problema también lo eliminó”.

Moraleja: Muchas veces el problema está en que no sabemos ver el problema para solucionarlo.

A modo de conclusión personal, esta fábula amigable y genuina nos permite reflexionar sobre la Identificación de Problemas y como actuamos al respecto. No siempre los problemas que se nos presentan en el día a día, en el ámbito laboral, académico, personal o en un proyecto determinado son claros de visualizar. Establecer cuál es, dentro de todos los problemas reconocidos, aquel que ocupa un lugar central permite ordenar en torno a él una base firme para comenzar a actuar. Suele ocurrir que lo identificado en realidad puede ser provocado por un problema raíz o lo que simula ser un problema en realidad resulta ser consecuencia de otra causa más grande. ¿Por qué es tan difícil reconocerlos?

La realidad es que existen problemas complejos que nacen y se desarrollan desde la incertidumbre y la fluctuación, por lo que resulta dificultoso identificar a simple vista las causas y efectos que pueden provocar. Un mismo efecto puede tener numerosas causas, o una causa numerosos efectos. La imprevisibilidad, trae aparejada que todos los involucrados tengan diferentes miradas, intereses y puntos de vista que acentúan esa complejidad.

Habitualmente las personas tomamos decisiones y tratamos de resolver problemas basándonos en conocimientos, experiencias y en varias oportunidades intuiciones, pero más allá de lo complejo que nos pueda parecer el problema, me parece importante remarcar la importancia definir de manera clara los objetivos que queremos alcanzar y cómo el proyecto que se lleve a cabo se va a relacionar con la realidad. Los caminos que podemos elegir pueden puede ser muy amplios y las diversas perspectivas enriquecen la búsqueda de las mejores alternativas disponibles y ayudará a mitigar los sesgos. Los proyectos son temporarios y únicos, y acá esta el punto clave que nos lleva a pensar soluciones únicas y dirigir nuestros mayores esfuerzos en la creación de un producto o servicio.

Fuentes:

• Pepe Verónica Diana. Diseño, Evaluación y Gestión de proyectos. Resumen Unidad N°2: “Metodología del Marco Lógico”. UNTREF. (2022).