Se conoce a la rentabilidad como la relación entre los ingresos y los costos generados por el uso de los activos de la empresa (tanto corrientes como fijos) en actividades productivas.
Analizar la rentabilidad, conocer las técnicas de valor temporal del dinero y calcular, interpretar y evaluar el período de recuperación de la inversión, permiten a los administradores financieros, evaluar los flujos de efectivo que ocurren en diferentes tiempos para combinarlos, compararlos, evaluarlos y relacionarlos con la meta general de la empresa, la cual es incrementar al máximo sus beneficios, ya que el dinero que posee, hoy tiene más valor que en un momento futuro. Es por eso que el estímulo será la inversión, para obtener rendimientos positivos.
El Valor Actual Neto (VAN) y la Tasa Interna de Rendimiento (TIR), las técnicas de análisis de proyectos preferidas, para seleccionar entre las distintas oportunidades de inversión. El Criterio del VAN plantea que el proyecto debe aceptarse si su VAN es igual o superior a cero, donde el VAN es la diferencia entre todos sus ingresos y egresos expresados en moneda actual.
El TIR representa la Rentabilidad Interna del Proyecto. Como regla general, si la TIR excede la tasa de corte (tasa de descuento / coste de oportunidad de capital), el proyecto es aceptado y si la TIR es inferior, el proyecto es rechazado. A diferencia del cálculo del VAN, la TIR se calcula a través del Método del Ensayo y Error, por medio de aproximaciones.
Desde un punto de vista puramente teórico, el VAN es el mejor método del presupuesto de capital debido a varios factores. Lo más importante es que el uso del VAN supone de manera implícita que, cualquier entrada de efectivo intermedia que genera una inversión se reinvierte al costo de capital de la empresa. El uso de la TIR asume la reinversión a la tasa frecuentemente alta que especifica la TIR. Como el costo de capital tiende a ser un cálculo razonable de la tasa a la que la empresa podría reinvertir en realidad las entradas de efectivo intermedias, el uso del VAN, con su tasa de inversión más conservadora y realista, es preferible en teoría.
Sin embargo, desde un aspecto práctico la evidencia sugiere que, a pesar de la superioridad teórica del VPN, los administradores financieros prefieren usar la TIR. Esta preferencia se debe a la disposición general de las personas de negocios hacia las tasas de rendimiento más que a los rendimientos reales. Como las tasas de interés, la rentabilidad, etcétera, se expresan con mayor frecuencia como tasas de rendimiento anuales, el uso de la TIR tiene sentido para los administradores que toman las decisiones financieras. Consideran al VAN como menos intuitivo porque no mide los beneficios relacionados con el monto invertido. Como existen diversas técnicas para evitar los errores de la TIR, su uso difundido no implica una falta de sofisticación de parte de estos administradores. Es evidente que los analistas financieros corporativos son responsables de identificar y resolver los problemas relacionados con la TIR antes de que los administradores la usen como una técnica de decisión.
Finalmente conocer estas técnicas nos permite determinar que método nos dará la mayor rentabilidad de un proyecto.
Fuentes:
Principio de Administración Financiera Lawrence.
Unidad Nro. 4: Criterios de decisión, inflación y tasa de descuentos. Diseño, Gestión y Evaluación de Proyectos.
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