Dada la imposibilidad de saber con exactitud el comportamiento de las variables que condicionan la rentabilidad calculada en un proyecto, es conveniente agregar información que contribuya a tomar la decisión por parte de actores involucrados, que puede ser por ejemplo, el inversionista que arriesga su capital, el financista que presta recursos y el gerente o el ejecutivo que administran recursos de accionistas, etc.
Pueden existir tres escenarios distintos para calcular qué pasa con la rentabilidad del proyecto si cambia el valor de una o más variables incluidas en su proyección.
El normal, el optimista y el pesimista. De este estudio, proveemos información para ayudar a la toma de una decisión de inversión y nos adelantamos sobre futuros comportamientos del proyecto.
La medición de la rentabilidad de un proyecto, resulta a veces dificultosa para pronosticar cómo se comportan todas las variables que condicionan su resultado. La determinación de la rentabilidad es un proceso mecánico que nos lleva siempre a un único resultado. De esta forma, es importante interpretar los resultados y la sensibilización que conllevan.
La rentabilidad de un proyecto se puede medir de diversas formas: en unidades monetarias, en porcentaje o en el tiempo que demora la recuperación de la inversión, etc. Todas ellas se basan en el concepto del valor tiempo del dinero, el cual considera que siempre existe un costo asociado a los recursos que se utilizan en el proyecto, ya sea de oportunidad, si existen posibilidades del uso del dinero, en este caso puede ser financiero, si se debe recurrir a un préstamo, entre otros.
La evaluación del proyecto compara, mediante diversos instrumentos, si el flujo de caja proyectado permite al inversionista obtener la rentabilidad deseada, además de recuperar la inversión. Los métodos más comunes corresponden a los llamados: Valor Actual Neto (VAN), la Tasa Interna de Retorno (TIR), el Período de Recupero y la Relación Costo-Beneficio.
Veamos estos Criterios de Evaluación:
VAN: Es el método más conocido, y el más generalmente aceptado por los que evalúan los proyectos. Mide la rentabilidad deseada después de recuperar toda la inversión. Para obtenerlo, calcula el valor actual de todos los flujos futuros de caja, proyectados a partir del primer período de operación, y le resta la inversión total expresada en el momento cero. Si su resultado es mayor a cero, denotará cuánto se gana con el proyecto, luego de recuperar su inversión, por sobre la tasa i que exigía de retorno al proyecto. Si el resultado es igual a cero, indica que el proyecto nos informa la tasa i exacta que se quería obtener luego de recuperar el capital invertido. Y si su resultado es negativo, muestra el monto que falta para ganar la tasa que se deseaba obtener luego de recuperar su inversión.
TIR: Mide la rentabilidad como porcentaje. Es la actualización que hace igual a cero el valor capital, anulando el VAN de la inversión. De esta forma, nos podemos dar cuenta si podemos exigirle o no el proyecto, ganancias superiores a la tasa calculada en el VAN. Nos informa sobre rendimientos futuros esperados de la inversión y que nos da indicios de existencias para reinvertir.
Período de Recupero: Este es un indicador que mide en cuánto tiempo tardamos en recuperar el total de la inversión, a valor presente. Es decir, en cuanto tiempo cubrimos la inversión inicial.
Relación Costo-Beneficio: Este compara el valor actual de los beneficios proyectados con el valor actual de los costos, incluida la inversión. El método lleva a la regla de decisión del VAN, ya que cuando éste da cero, la relación costo-beneficio será igual a uno. Si el VAN es mayor que cero, la relación será mayor que uno, y si el VAN es negativo, será menos que uno. De todas formas, este método no aporta alguna información relevante para serla considerada. Es decir, que es importante considerar todos los criterios para tener más exactitud.
Hay que tener una evaluación completa del proyecto de inversión, donde evaluemos las dimensiones y métricas de financiación, rentabilidad y riesgo. Hay que tener en cuenta, que a veces las variables que entran en juego en la vida del proyecto, pueden verse alteradas, modificadas. De esta forma, nuestros datos que nos llevan a invertir pueden variar considerablemente.
Fuentes:
Chain, N. (2007). Proyectos de Inversión, Formulación y Evaluación. México: Pearson Educación de México S.A.
Comments