Para conocer los beneficios totales de un proyecto de inversión existen muchos indicadores, algunos más eficaces que otros según varíe la situación.
Es de suma importancia saber aplicar estos indicadores ya que puede ocurrir que a simple vista un proyecto sea muy tentador, pero a la hora de calcular sus flujos futuros los resultados sean negativos.
Uno de los indicadores más utilizados por su efectividad es el Valor Actual Neto (VAN), en el cual consiste en un procedimiento que permite calcular el valor presente de los flujos de caja futuros que se originan por la inversión. Se descuenta al momento actual todos los flujos de caja futuros del proyecto (a través de una tasa de descuento que representa el costo de capital), se resta la inversión inicial y se obtiene el valor actual neto del proyecto.
Ejemplo: Si un amigo nos propusiese invertir hoy $10.000 en un negocio, con la promesa que en los próximos tres años recibiríamos $4.500 cada año, sería erróneo plantearlo como que hemos invertido $10.000 y recibimos un total de $23.500.
VAN = – Inversión Inicial + Flujo Año 1 / (1 + k) + Flujo Año 2 / (1 + k)2 + …. + Flujo Año n / (1 + k)n
k = es la tasa de actualización de los flujos futuros o el interés que le pedimos a la inversión.
Siguiendo con el ejemplo, este sería el resultado. Vamos a suponer que el interés mínimo que le pedimos a esta inversión es un 10%.
VAN = -10.000 + 4.500 / (1 + 0,10) + 4.500 / (1 + 0,10)2 + 4.500 / (1 + 0,10)3 = $3.500
Otra variante es el Periodo de Recupero de Inversión, esta herramienta mide el plazo de tiempo que se necesita para que los flujos netos de efectivo recuperen su inversión inicial.
También para seleccionar proyectos según sus retornos económicos, los especialistas suelen recurrir a la Tasa Interna de Retorno (TIR), esta tasa simplemente es la que hace 0 el valor actual o presente neto del proyecto.
La Tasa Interna de Retorno es el promedio anual de los rendimientos que genera una inversión durante el periodo en que dura el proyecto y, por lo tanto, la inversión. Es una herramienta útil para comparar varias propuestas de inversión. Las inversiones que muestran un TIR mayor son más aconsejables que los que presentan tasas menores.
Esto significa que la TIR puede ser positiva o negativa. Si es positiva indica la posibilidad de rendimientos futuros, si es negativa indica que se podrían generar pérdidas.
Las empresas la utilizan estos indicadores para tomar decisiones en cuanto a la inversión de capital y a las oportunidades de nuevos proyectos. Sin embargo, tienen que tener en cuenta que estos indicadores pueden sufrir variaciones, como aumento de los costos o escasa estabilidad de los mercados, que hacen que tengan que ser revisados.
Deben analizar con precaución cuáles serán los diversos escenarios para la vida útil del proyecto y cuáles pueden cambiar el rumbo para así tomar decisiones que aseguren la factibilidad del proyecto.
De la Tasa Interna de Retorno se desprende otra tasa que se utiliza para calcular la rentabilidad, esta es la Tasa de Rentabilidad Efectiva (TRE). La diferencia de la TRE con la TIR es que la Tasa Interna de Retorno da por hecho que los flujos intermedios se van a reinvertir a la misma rentabilidad que la TIR, es decir la rentabilidad de la inversión. Mientras que la Tasa de Rentabilidad Efectiva tiene en cuenta que los flujos intermedios pueden ser invertidos a tasas diferentes.
Es decir la Tasa Efectiva de Rentabilidad considera reinversiones efectivas de los capitales financieros obtenidos en el proceso de una inversión. Esos tipos de reinversión son tipos de mercados conocidos, o bien, son tipos estimados.
La TER mejora el conocimiento de la rentabilidad con respecto a la TIR, ya que esta última supone que los flujos netos de caja positivos son reinvertidos, mientras dure la inversión a una tasa “r” que es la propia TIR, y que los flujos netos de caja negativos son financiados con recursos cuyo coste también es igual a “r” o TIR.
Los inconvenientes de cálculo de la TER son los siguientes:
- Requiere de la simulación de los tipos de interés de mercado.
- Depende del instante de valoración y del período de la inversión.
Por ultimo otras de las herramientas más usadas es la Tasa Geométrica de Rentabilidad (TGR), que se utiliza en proyectos que abarcan varios periodos de tiempo, tiene en cuenta que las rentabilidades intermedias obtenidas en cada periodo se reinvierten en el mismo activo.
Esta tasa es útil para medir la rentabilidad media de las operaciones financieras en las que las revalorizaciones o desvalorizaciones son acumulativas. Por tanto, esta medida es la correcta en lugar de la rentabilidad media calculada, como es más habitual, mediante la media simple o aritmética. La tasa geométrica de rentabilidad se corresponde con la rentabilidad que se deduciría mediante la aplicación de la capitalización compuesta.
TGR = ((Valor Final + Rendimientos – Gastos) / Valor Inicial)1/n – 1
Ejemplo: Un inversor colocó, hace 4 años, 10.000 $ en un fondo de inversión. Durante ese tiempo, su gestor le ha ido proporcionando los datos de rentabilidad anual, es decir, las revalorizaciones que obtuvo en cada año, que fueron las siguientes: el primer año ganó un 20%, el segundo un 15%, el tercero un 10% y el cuarto perdió un 25%.
El cálculo de la TGR sería el siguiente:
(1 + TGR)4 = (1+0,2) x (1+0,15) x (1+0,1) x (1-0,25)
El resultado es TGR = 3,29%
Si se hubiese calculado la media aritmética, se habría hecho del siguiente modo:
Media aritmética= (20%+15%+10%-25%)/4= 5%
Como puede verse hay una considerable diferencia entre un resultado y otro. El correspondiente a la TGR o media geométrica es el correcto, es decir, el 3,29%; mientras que la media aritmética, aunque pueda parecer adecuado es totalmente incorrecto.
Fuentes:
Nico, muy bueno el articulo. Si te animas a desarrollar un poco más la Tasa de Rentabilidad Efectiva (TRE) y la Tasa Geométrica de Rentabilidad (TGR), será más que bienvenido!