Reduzcamos la Incertidumbre!
- tedesco.federico
- 28 nov 2019
- 2 Min. de lectura
El Análisis y Planificación de Riesgos suele ser uno de los estudios a los cuales se les da menos importancia pero que puede ayudarnos a enfrentar de la mejor manera los distintos escenarios futuros a los cuales podamos enfrentarnos, permitiendo de esta forma reducir la incertidumbre.

¿Cómo hacemos entonces?
Primero que nada debemos identificar los riesgos que puedan llegar a afectarnos a lo largo del ciclo de vida del proyecto. Una buena herramienta es el Brainstorming (Tormenta de Ideas) involucrando a todos los participantes del proyecto, pudiendo de esta forma tener distintas perspectivas. Básicamente debemos preguntarnos: ¿Qué puede suceder? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo y por qué puede suceder?
El segundo paso consiste en analizar cualitativamente cada uno de los riesgos detectados determinando la probabilidad de ocurrencia, el impacto correspondiente sobre los objetivos del proyecto si los riesgos se presentan. De esta forma podremos obtener una matriz similar a la siguiente:

Luego procederemos a realizar un análisis cuantitativo de los mismos asignándole valores numéricos (monetarios y probabilistas) tanto al impacto como a la probabilidad. De esta forma podremos “jerarquizarlos” para saber los riesgos que merecen una respuesta, el nivel de riesgo general que tendrá el proyecto y los costos en los que se incurrirá en caso que llegasen a suceder.
Por último debemos decidir cómo reaccionaremos ante la ocurrencia de los riesgos. Podremos buscar:
Evitarlo: Implica eliminar por completo el riesgo identificado.
Transferirlo: Implica trasladar a un tercero el impacto del riesgo identificado.
Mitigarlo: Significa disminuir la probabilidad de ocurrencia del riesgo o del impacto sobre el proyecto.
Aceptarlo: Refiere a no hacer nada. Puede ser tanto pasiva (atender el riesgo en el momento en que surja), como activa (generando reservas de contingencia). Puede suceder que intentar alguna de las estrategias anteriores conlleve un costo superior al de aceptar el riesgo de forma pasiva o activa.
Todos estos caminos posibles deben ir de la mano con el respectivo informe que detalle el plan de acción frente a cada uno de los riesgos. En otras palabras, para cada riesgo existirá una especia de guía que nos dirá que debemos hacer para lograr alguna de las estrategias mencionadas en el apartado anterior.
Una ver que hayamos pasado por todos estos puntos habremos logrado reducir la incertidumbre a la cual nos enfrentamos en la gestión del proyecto.
Fuentes:
BID. CEPAL. ILPES. Material docente sobre gestión y control de proyectos –
Programa de capacitación BID/ILPES. Manual N° 7. 2000.
Fede, muy buena síntesis!