Muchos de los que leen el presente post son o buscan ser emprendedores y a muchos de Uds., además, les preocupa que su idea o proyecto no genere una rentabilidad acorde a los esfuerzos y riesgos que están dispuestos a asumir. Por ende, antes de comenzar deseo hacer unas preguntas ¿Cuantos de uds asocian automáticamente el concepto de rentabilidad a los cálculos del VAN, la TIR entre otras variables cuantitativas y financieras que determinarán el retorno de la inversión que están dispuestos a realizar para que su proyecto tenga éxito?.
Lo cierto es que si bien las medidas anteriormente mencionadas son muy importantes a la hora de calcular la rentabilidad de un proyecto, a su vez existen otras variables que muchos emprendedores y organizaciones (desde pequeñas hasta grandes como un país, por ejemplo) pasan por alto o no tienen en consideración que las mismas inciden positivamente en su crecimiento a largo plazo.
Una de las variables a la que me refiero en el párrafo anterior, es la generación, aprendizaje y gestión del conocimiento cuyo punto de partida es la activa participación de las organizaciones para promover que las personas adquieran un mayor nivel de conocimiento y con esto no solo alcancen un mejor y mayor crecimiento personal y profesional, sino también que logren que estas organizaciones a partir de esto adquieran un mayor nivel de conocimientos, un mejor desarrollo y un incremento de sus rendimientos a largo plazo.
Entonces, con esta introducción repasemos el concepto de Rentabilidad:
”La Rentabilidad es el beneficio obtenido de una inversión. En concreto, se puede medir como un ratio de ganancias o pérdidas obtenidas sobre la cantidad invertida. Normalmente se expresa en porcentaje.
Previamente, un inversor suele determinar cuál es la rentabilidad que espera ante una inversión, la rentabilidad esperada. Ésta, así como el riesgo que está dispuesto a asumir, determinan el perfil del inversor, que debe ser la primera decisión del mismo.”
En principio, lo que leerán a continuación no pretende hablar de lo que comúnmente podemos asociar a nuestro concepto de rentabilidad tales como los conceptos del cálculo del VAN o la TIR, tampoco hablaré acerca de los flujos de fondos de nuestro proyecto, ni los distintos métodos para tratar el riesgo que afecta los rendimientos de mi inversión. Más bien, en este apartado hablaré acerca de cómo la producción y gestión del conocimiento puede determinar la rentabilidad en un proyecto sea de la naturaleza que fuere o de su magnitud.
¿A qué me refiero con Rentabilidad del Conocimiento? Me refiero al beneficio que obtengo de la inversión en conocimiento que realice para producir y llevar a cabo los procesos de aprendizaje en mi organización. Sin embargo, la problemática que se da con esta definición en la actualidad es el hecho de que las organizaciones no consideran que la formación y el aprendizaje de sus integrantes es una inversión y más bien las consideran como un gasto y esto en parte se debe a que no pueden medir la misma de forma inmediata, es decir, no pueden medir cuantitativamente los resultados económicos que esta transformación origina por lo cual no la consideran relevante cuando, por el contrario, la inversión en formación resulta ser una decisión estratégica para el desarrollo de las organizaciones ya que incide en su crecimiento y las convierte en competitivas en el tiempo.
Medir la rentabilidad que genera la inversión en formación resulta algo complejo ya que requiere de un análisis minucioso tanto cualitativo (entrevistas o assestment para obtener un feedback) como cuantitativo (teniendo en cuenta parámetros de productividad, ausentismo, calificaciones numéricas) para determinar qué tan eficiente resulta ser para la organización y en qué cuestiones puede mejorar su rendimiento. Por todo lo anteriormente dicho es que, según el sitio “Planesdeformacion.es” cuyo link lo comparto el finalizar este texto, es conveniente analizar nuestra inversión en conocimiento desde 5 Perspectivas:
Perspectiva de Satisfacción: ¿Cómo reaccionó el participante de la formación frente al programa de aprendizaje brindado y que reacciones se observaron de parte del mismo? Al participante ¿le gusto, no le gusto, le interesó o no el contenido de la capacitación/curso? ¿Ve posibilidad de aplicación de la teoría a la práctica?.
Perspectiva de Conocimiento Real, Tácito y Explícito: En relación a lo enseñado ¿Qué es lo que verdaderamente aprendió el participante y como logro aplicarlo en sus tareas o trabajos diarios?
Perspectiva de Eficiencia: ¿Qué recursos empleé para llevar a cabo la formación de los integrantes de la organización y que tan eficiente fue la asignación de estos recursos para cumplir tal propósito?.
Perspectiva de Valor: ¿Qué conocimiento va a aplicar el participante en sus trabajos diarios? y si pudo hacerlo, ¿Qué resultados obtuvo? ¿Mejoró su desempeño en el puesto o logró algún cambio en la organización?.
Perspectiva de ROI (Retorno de la Inversión en Formación): Donde se aplica un valor monetario a los beneficios de la formación.
En adición a lo anterior, también se considera que quienes pueden ser responsables de llevar a cabo la medición de la rentabilidad de la formación de los integrantes de la organización pueden ser distintos actores involucrados e interesados en este proceso además de que, según la naturaleza de la formación y el tiempo que conlleve, la capacitación se la puede evaluar a partir del mes, los seis meses o al año de ser llevada a cabo.
Por otro lado, y por si no quedó claro que tan fundamental resulta ser la inversión en conocimiento para cualquier clase de proyectos y en cualquier tipo de organizaciones, basta con ver cómo los países desarrollados (casos ejemplares como Corea del Sur, China, Singapur, Finlandia entre otros) destinan parte de su “gasto público" a la formación académica y profesional de su población lo cual “produce” personas altamente capacitadas y con grandes oportunidades de ingresar al mercado laboral sea en su país de residencia o en el exterior. Aunque resulte increíble, estos países generan altas tasas de exportación de conocimientos dada la alta demanda laboral de su población calificada lo cual determinó y determina el crecimiento no solo de su economía sino también su sociedad.
En conclusión, en relación a todo lo expuesto hasta este punto les pregunto ¿Vale la pena que las distintas empresas, instituciones y países del mundo den mayor relevancia a la formación de las personas? ¿Es un gasto o una buena inversión? ¿A quién beneficiaria más?
Bibliografía y Sitios de Interés:
Autoría propia sobre el presente artículo.
https://www.planesdeformacion.es/roi-como-saber-si-la-formacion-es-rentable/
https://www.planesdeformacion.es/medir-la-eficacia-de-la-formacion/
Andrea, excelente tu post!!!