Basados en el Contexto Político-Económico que se vive en estos días en la Argentina, resulta interesante evaluar los efectos de la depreciación del peso respecto del dólar y cómo esto trae consecuencias sobre la rentabilidad de los proyectos.
En la actualidad, la política cambiaria combina una serie de constantes depreciaciones y distintas cotizaciones para el dólar que incluyen Dólar Oficial y Dólar Blue.
La determinación de esta política cambiaria ha venido a responder en parte a requerimientos de Organismos Internacionales como el FMI, para la liberación del mercado de divisas. La excesiva depreciación que viene sufriendo el peso, puede tener como una de sus causas la poca confianza que los ciudadanos argentinos tenemos en la moneda nacional, lo cual encuentra su correlato en la historia política y económica de nuestro país –hiperinflación, convertibilidad, corralito, devaluación, etc.–. La falta de confianza antes mencionada conduce a buscar una forma de “protegerse” de la inflación y la inestabilidad económica, depositando la confianza en el Dólar.
En la actualidad, y en el afán de evitar o, mejor dicho, reducir la conversión masiva de moneda extranjera -situación poco favorable para la Economía Argentina- el gobierno ha comenzado a aumentar los controles y restricciones para la compra de divisas, llegando a reducir la posibilidad de compra de dólares desde U$S 10.000 (en septiembre) a U$S 200 por mes (a partir del 28 de octubre).
Estos controles también tienen consecuencias y costos para la economía, ya que como sabemos, ninguna medida de política económica es gratis y cualquier decisión suele tener efectos positivos y negativos. La brecha entre la cotización del Dólar Oficial y el Dólar Blue o Paralelo es un efecto negativo de las medidas de control ejercidas, que favorece un mercado subterráneo, o mercado negro, sobre el cual no se tiene ningún control; como así también favorece el Arbitraje: comprar los dólares al tipo de cambio oficial y venderlos en el mercado paralelo.
Como adicional, toda devaluación trae consigo una reducción del poder adquisitivo de la moneda local y, asimismo, un incremento de los precios internos, es decir, el fenómeno de la inflación, otro de los principales problemas que afectan a la Economía Argentina. La inflación por su parte, también tiene consecuencias sobre las tasas de rentabilidad que se le exige a una inversión.
En un contexto de estas características sabemos que la rentabilidad demandada a cualquier proyecto de inversión debe ser considerablemente elevada, para aplacar los efectos de los riesgos, que en entornos con un nivel de incertidumbre como el que se vive en la actualidad, son muchos y posiblemente, con alta probabilidad y de gran impacto en los resultados de los proyectos. Como consecuencia, puede resultar mas rentable y seguro, realizar inversiones en plazos fijos o en bonos, antes que en proyectos que difícilmente pueden asegurar altos márgenes de beneficios. Para tomar decisiones adecuadas en términos de inversiones entonces, debemos considerar que la tasa arrojada por el proyecto supere el porcentaje de suba del tipo de cambio y el índice de precios.
Fuentes:
Muy buen post Romi, creo que toda empresa se ve afectada de forma directa e indirecta, debido a que el aumento de la tasa de inflación y la variación del tipo de cambio modifica tantos los ingresos como egresos de la organización.
Romi, muy bueno el articulo sobre rentabilidad y la relación con el contexto actual, factor a tener en cuenta siempre! No te olvides que debes escribir sobre riesgos!