“El que no arriesga no gana” dice el dicho. A la hora de llevar a cabo un proyecto a menudo se debe tomar decisiones cuyas consecuencias quizás no estén perfectamente claras. Un Líder de Proyecto tomará en consideración que tan riesgosa sea una decisión y en base al riesgo y posibles beneficios definirá el curso de acción. Por lo general, las decisiones menos riesgosas suelen ser las indicadas, pero existen casos en donde ciertas decisiones riesgosas sean necesarias o imprescindibles para el éxito de un proyecto. Pero, ¿qué es exactamente un riesgo? Normalmente asumimos que el riesgo no es más que la posibilidad incierta de que se dé un determinado evento, pero para el Análisis de Riesgo y Rentabilidad de un proyecto es necesario diferenciar el Riesgo de la Incertidumbre.
El Riesgo se define el como la dispersión de la distribución de probabilidades del elemento en estudio o los elementos calculados, mientras que la Incertidumbre es el grado de falta de confianza respecto a que la distribución de las probabilidades estimadas sea correcta.
Pero entonces, ¿Cómo evitamos el Riesgo?
La respuesta es que no lo hacemos, el riesgo nunca se puede evitar completamente, sin embargo, si se puede reducir, mitigar o planificar.
El paso previo para hacerlo es identificar las causas que generan los riesgos, las cuales son el número insuficiente de inversiones similares que puedan proporcionar información promediable, los prejuicios contenidos en los datos y su apreciación, los cambios en el medio económico externo (que evitan utilizar conocimientos adquiridos del pasado) y la interpretación errónea de los datos o aplicación de estos.
Una vez identificados los riesgos, el primer paso es definir las Herramientas y Métodos para tratarlos, los cuales pueden ser:
Criterio Subjetivo, basado en consideraciones de carácter informal de quien toma la decisión, y no incorpora específicamente el riesgo del proyecto, sino una apreciación personal.
Mediciones Estadísticas, basado en el análisis de la distribución de probabilidades de los flujos futuros de caja y los valores probables de los rendimientos y de la dispersión de su distribución de probabilidad.
Ajuste a la Tasa de Descuento, basado en el análisis sobre una tasa pertinente de descuento, sin ajustar los flujos de caja del proyecto. Implica una aproximación imperfecta para incorporar el factor riesgo a un proyecto, y ajusta la tasa mediante la curva de indiferencia del mercado, en donde la tasa es proporcional al riesgo.
Método de Equivalencia a Certidumbre, basado en el hecho de quien debe tomar las decisiones está en condiciones de determinar su punto de indiferencia entre flujos de caja por percibir con certeza y otros mayores, sujetos a riesgos.
Valores Esperados o Análisis del Árbol de Decisiones, basado en la combinación de probabilidades de ocurrencia de los resultados parciales y finales para calcular el valor esperado de su rendimiento. Este método ajusta los flujos esperados en función de la asignación de probabilidad obtenidas.
Análisis de Sensibilidad, basado en la definición del efecto que tendrán sobre el resultado de evaluación cambios en uno o más de los valores estimados en sus parámetros.
El segundo paso es identificar los riegos involucrando a los participantes (esto puede llevarse a cabo mediante diferentes métodos, como análisis FODA o Lluvia de Ideas, entre otros) y categorizar dichos riesgos, lo cual permite obtener un registro de riesgos en donde pueden identificarse posibles causas, eventos derivados, impactos, efectos y respuestas potenciales.
El tercer paso para planificar y reducir un riesgo es llevar a cabo un Análisis Cualitativo, el cual evalúa la prioridad de los riesgos identificados para optimizar la gestión del proyecto. Es importante realizar este análisis para poder determinar la probabilidad de ocurrencia de un riesgo y la importancia de su impacto.
El cuarto y último paso es realizar un Análisis Cuantitativo en donde se le asigna un valor monetario al impacto provocado por el riesgo y un valor de ocurrencia de la probabilidad de ocurrencia. Este análisis permite determinar riesgos que merecen respuesta, el nivel de exposición del proyecto, la probabilidad cuantificada de los riesgos y las reservas de costo y de tiempo necesarios en caso de tener que mitigar cada riesgo.
Cabe recalcar que, ningún proyecto está completamente libre de riesgo, y que es posible que tarde o temprano alguno de estos riesgos planificados se materialice, por lo que surge la siguiente pregunta: ¿Cómo respondemos a los Riesgos?
Para incrementar las oportunidades del proyecto y reducir las amenazas del riesgo se pueden utilizar las siguientes estrategias:
Evitar el Riesgo: Eliminando las causas que generan el riesgo
Transferir el Impacto: Transferir el impacto del riesgo a un tercero, como por ejemplo, compañías aseguradoras
Mitigar el Impacto u Ocurrencia: Tomando medidas para minimizar la probabilidad de ocurrencia del riesgo o medidas de contingencia para reducir su impacto.
Aceptar el Riesgo: Ya sea de forma activa o pasiva.
Sin importar la estrategia utilizada, la respuesta al riesgo debe ser apropiada, posible, realista, alcanzable y efectiva, y debe ser una guía de acción, aceptada y consensuada, asignada a una persona específica y eficiente.
En conclusión, en todo proyecto, al igual que en la vida, escapar de todos los riesgos resulta imposible. La clave no está en evitar todos los riesgos, sino en identificarlos, adaptarse y prepararse para los mismos. Después de todo, solo hay un riesgo que se debería evitar a toda costa, y es el riesgo de no hacer nada.
Fuentes:
Lic./ Esp. Verónica Diana Pepe “Diseño, Evaluación y Gestión de Proyectos - Unidad Nº 7 - Análisis de Riesgo y Rentabilidad”
Lic./ Esp. Verónica Diana Pepe “Diseño, Evaluación y Gestión de Proyectos - Unidad Nº 8 - Planificación, Monitoreo y Control”
Martín, me parece muy valioso en análisis realizado y cómo reflexionas desde distintos ejes sobre el riesgo a lo largo del artículo. ¡Gran trabajo! 😁