Un Golpe de Realidad
- Nahuel Zalazar
- 21 nov 2020
- 3 Min. de lectura
En algún momento nos puede ocurrir que un pensamiento sobre alguna posible idea o negocio interrumpa lo que sea que estemos haciendo y cobre cada vez más fuerza en nuestra mente. Cada día que va pasando nos imaginamos cosas nuevas acerca de esa idea original, las comentamos con nuestros seres queridos y buscamos información sobre diversas cuestiones afines. Si todo sigue su curso y, creemos tener el tiempo y el real deseo de materializar nuestra idea, llegará el momento de darnos ese tan necesario “golpe de realidad”.

Ese golpe no es más ni menos que realizar el Análisis de Rentabilidad correspondiente para verificar si aquello en lo que hemos estado pensando durante algún tiempo se puede llevar a la práctica verdaderamente o si, por el contrario, sería mejor olvidarlo y seguir con lo nuestro.
Ahora bien, al momento de realizar nuestro análisis nos pueden surgir preguntas del tipo, por ejemplo, ¿cómo lo hago?, ¿existe un método adecuado?, etc. La respuesta a preguntas como éstas es una que está presente en numerosos ámbitos de la vida: “Y… depende”. Pero, ¿depende de qué?
Para empezar no es lo mismo saber que vamos a poder financiar nuestro proyecto por nuestra cuenta que si vamos a tener que endeudarnos para hacerlo. Por otro lado, si en realidad tenemos más de un proyecto en nuestra cabeza y caemos en la decisión de tener que compararlos para analizar cuál es mejor no sería exactamente el mismo análisis que si estuviéramos evaluando sólo uno. Además, existen factores de todo tipo que influyen en mayor o menor medida en nuestro proyecto que exceden lo económico, tales como sociales, políticos, ambientales, culturales, legales, etc. y que también requieren de la atención de quien decide.
Herramientas de Medición
Existen algunas formas muy útiles para poder aproximarnos a una decisión bien fundamentada acerca de si seguir adelante o no con nuestra idea. Acá van los que, considero, son las de mayor relevancia:
Valor Actual Neto (VAN): En este método lo que se busca es determinar el valor de nuestro proyecto en la actualidad luego de haber descontado los flujos de fondos proyectados a la tasa de descuento o de corte, la cual representa el costo del dinero invertido. Una vez allí se realizará una diferencia entre el monto calculado con la inversión inicial y podremos determinar si la idea es rentable o no.

Tasa Interna de Retorno (TIR): Esta tasa es la que convierte en 0 al VAN, es decir, es la tasa que hace indiferente la elección o no de llevar a cabo el proyecto. La idea de su uso radica en que es necesario compararla con la tasa de descuento, si la excede el proyecto es aceptado, si es menor que el costo del dinero se debería rechazar. Podemos observar éste análisis de mejor forma en el siguiente gráfico:

Índice de Rentabilidad (IR): Este índice relaciona el VAN con la inversión inicial, VAN/Inversión. Si el cociente supera 1 el proyecto es rentable, de lo contrario no.
Es importante mencionar la importancia de no elegir una herramienta sola para tomar nuestra decisión. Cada una cuenta con ventajas y limitaciones, por lo que usarlas en conjunto puede potenciar tales beneficios otorgandonos una evaluación mucho más amplia sobre la posible inversión y amortiguar aquellas desventajas que presentan.
Llevar a la práctica este análisis conlleva un proceso largo detrás, con múltiples factores a analizar, pero que es esencial no solo para saber si nuestra idea es viable sino también, especialmente, para el resguardo de los recursos que pretendemos utilizar.
Fuentes:
Resumen de la Unidad N° 4. Diseño, Evaluación y Gestión de Proyectos. Lic. en Administración de Empresas. Untref.
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