VAN vs. TIR

Existen varios métodos para analizar la rentabilidad de un proyecto, como el periodo de recupero, el valor anual equivalente, el índice de rentabilidad, entre otros. Pero los mas comúnmente usados son la Tasa interna de Retorno (TIR) y el Valor Actual Neto (VAN) o Valor Presente Neto (VPN). Ambos parten de la premisa de que un peso hoy vale más que un peso mañana, lo que se traduce en que estos métodos contemplan el valor del dinero en tiempo.

A la hora de analizar un proyecto, por un lado, las organizaciones actualizan los flujos futuros para compararlos con la inversión inicial. En este cálculo se utiliza la tasa de interés que representa el costo de oportunidad del proyecto, o sea, la rentabilidad que obtendría la organización si decidiera colocar los fondos de la inversión inicial en otra actividad financiera. Por otro lado, se calcula la tasa en donde la inversión inicial se igual a la suma de las actualizaciones de los flujos futuros del proyecto. Dicha tasa será única siempre y cuando el proyecto no presente alternamente flujos de signo opuesto, más allá del producido al llegar al primer periodo con flujo positivo.

Según lo descripto, en la primera parte la organización realiza un VAN, obteniendo como resultado una cantidad en términos monetarios del ingreso o perdida que producirá el proyecto con esa tasa de actualización; lo que se ha calculado luego es la TIR, que devuelve como respuesta una tasa, la cual indica el limite donde el proyecto dejara de arrojar un resultado abstracto positivo según el flujo futuro proyectado y sin importar la tasa de actualización, al hallar la diferencia entre ambas tasas, se obtienen en términos porcentuales, los beneficios o perdidas de la inversión en el proyecto.

Cuando la organización evalúa un proyecto, estos métodos son decisorios de aprobación o rechazo. En términos generales, un VAN positivo y una TIR mayor a la tasa de actualización son buenas señales, habiendo otros parámetros dependiendo de la particularidad de cada proyecto.

Pero cuando el valor actual de un proyecto es negativo su tasa interna de retorno es menor al costo de oportunidad, entonces en ningún momento estos métodos orientaran la decisión en sentidos opuestos. A menos que se los utilice para seleccionar un proyecto entre dos o más, que sean mutuamente excluyentes.

Desarrollemos esta parte con un ejemplo:

En la ilustración se grafican dos proyectos mutuamente excluyentes con un costo de oportunidad del 10%. La organización basándose en el cálculo del VAN acabará seleccionando el proyecto A, ya que tiene un valor actual neto mayor al del proyecto B. Aunque si se basa en el cálculo de la TIR, la mejor opción está en el proyecto B, dado que el margen de beneficio es del 10%, mientras que en el otro es de un 6%.

Si bien existen otras variables que afectan el esta decisión, a grandes rasgos, el proyecto A incrementara el valor de la organización en mayor medida, cuestión de interés para los dueños de la misma; mientras que el proyecto B generara mayores rendimientos a la inversión realizada en este, objeto de interés para los inversores y/o accionistas. Por tal, la decisión recae en elegir a cuál de las dos partes es conveniente satisfacer en ese momento, dependiendo de una variedad de factores del entorno en que se encuentra inmersa la organización.

En resumen, no existen respuestas incorrectas sobre cual proyecto tomar, sino preferencias según el momento que atraviese la organización. Lo ideal es buscar un equilibrio entre ambas partes interesadas, en este caso podría buscarse un “proyecto C” que venga a ofrecer una alternativa entre el A y el B, por ejemplo.

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Fuentes:

• https://documentcloud.adobe.com/gsuiteintegration/index.html?state=%7B%22ids%22%3A%5B%221Epp58NYMjZ4XqMfgGBZwwkJQwCjOKM9h%22%5D%2C%22action%22%3A%22open%22%2C%22userId%22%3A%22109171485493464611708%22%2C%22resourceKeys%22%3A%7B%7D%7D